En este caso me voy a centrar en un tema del que todos estamos al tanto: los influencers.
Voy a tratar de dar mi opinión acerca de aquellas personas que trabajan en las redes sociales, y que tienen una gran influencia en sus seguidores e incluso en quienes no les siguen, siendo la mayor parte de este grupo de personas: menores de edad, y especialmente niñas y niños pequeños.
A día de hoy ser influencer es un trabajo muy bien pagado, pero se podría decir que uno de los mayores precios que tienen estas personas es el cuidado que deben tener a la hora de saber qué cosas deberían y no deberían decir o hacer, ya que al igual que pueden influir de forma positiva, también pueden hacerlo de forma negativa, y esto... ¿en qué casos ocurre?
Pues bien, la realidad es que gran parte del público al que se dirigen se encuentra en un rango de 7-16 años, y es muy fácil darse cuenta de que enseguida cogen de ejemplo a su tiktoker, instagramer, o youtuber preferido, y cada colaboración que hagan con cada producto, irá destinado a que estas personas se decidan a comprarlo, aquellas palabras y opiniones que salgan de sus bocas, muchas veces se convertirán también en la opinión de los más pequeños, o aquellas cosas que hagan, en gran cantidad de las ocasiones acabarán siendo las cosas que quieran hacer también sus followers.
¿Cómo de bien está darle este poder a los influencers? En mi opinión es bastante relativo, pero hay que enfocarlo desde una posición realista y objetiva, a la vez que observadora.
Para mí el mayor problema no está en que estas personas existan ni en que tengan esta gran influencia en la sociedad, sino a quiénes se les da esta oportunidad, creo que deberían existir ciertos límites que no se deberían sobrepasar, y en el momento en el que esto ocurriese, fueran vetadas por las redes sociales que utilizan. Parece que se habla mucho del algoritmo y de la suerte que hay que tener para crecer en este ámbito, pero no de que se podrían trabajar desde un enfoque diferente, en el que dieran pie a crecer a aquellas personas que no crean un contenido desde el odio o lo lleguen a generar, que no tengan comportamientos y opiniones que influyan en el mal sentido a otros usuarios, como pueden ser duetos a vídeos de personas homosexuales incitando al odio ya sea insultándoles, amenazándoles, o quitándoles valor como personas, esto no se puede permitir cuando esa persona tiene influencia en tantísimos seguidores, ya que por la edad y admiración de gran parte de estos, comenzarán a pensar de la misma manera, a defender a esa persona y se desarrollarán con unas ideas similares; esto, desde luego no ayuda a que la sociedad de pasos hacia adelante.
Hay una gran cantidad de usuarios con un talento increíble, personas especializadas en terapia y psicología que pueden enseñarte o ayudarte en muchísimos de tus asuntos, usuarios que te motivan a ser mejor, o simplemente personas que demuestran que les gusta este mundillo y se esfuerzan por crear un contenido que interese y guste, personas que no hacen daño alguno e incluso aportan positivamente, pero, ¿son estos los que suelen tener visibilidad?
¡Hola Marta! Me ha gustado mucho el tema que has decidido tratar. Creo que es muy importante poner un límite ante las personas que "influencian" a una parte de la sociedad en algún sentido. Estoy totalmente de acuerdo contigo, al final muchas veces se crea mucha más fama ante mensajes de odio, que a cualquier otro influencer que informa sobre algo educativo. Creo que un gran avance para la sociedad sería poner una serie de límites, no ya solo a influencers con poco respeto y mensajes de odio, si no a especialistas como psicólogos o médicos con un bajo nivel de empatía.
ResponderEliminarSi no comenzamos a dibujar una línea, todo el mundo va a cruzarla.
Muchas gracias por tu comentario, Elena, estoy de acuerdo contigo en tu sugerencia de poner límites para mejorar este ámbito y hacerlo un poco más sano, ya que le hace algo de falta.
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