La adolescencia es una etapa en la que las personas experimentamos cambios tanto físicos como emocionales que pueden generar diversas inquietudes. En esta etapa, los adolescentes están expuestos a presiones sociales y a expectativas que a veces resultan abrumadores. Estas expectativas pueden ser impuestas por la familia, los amigos, la escuela o la sociedad en general, y pueden influir significativamente en su comportamiento y bienestar emocional.
La presión social es una de las principales fuentes de estrés para los adolescentes. Se sienten obligados a cumplir con ciertas normas sociales y a encajar en un grupo determinado para ser aceptados. En ocasiones puede llevarles a tener comportamientos negativos como podría ser el acoso escolar, el consumo de drogas o promiscuidad. Es importante que comprendan que no deben hacer nada que les haga sentir incómodos o que les haga ir en contra de sus valores y decisiones.
Por otro lado, las expectativas que se tienen también pueden generar un gran estrés emocional. La sociedad en general a menudo tiene expectativas muy altas en cuanto al rendimiento académico, éxito en deportes o actividades extraescolares, además de exigir un comportamiento considerado adecuado. A veces, estas expectativas se hacen demasiado y pueden llevar a los adolescentes a generar respuestas fisiológicas como el estrés o ansiedad.
Considero importante, o más bien imprescindible que los padres, educadores y la sociedad en general sean conscientes de lo que es la presión social y lo que esto crea en los adolescentes. Promover un ambiente de apoyo y comprensión, en el que las personas puedan sentirse seguras para expresar sus sentimientos y preocupaciones sin ser o sentirse juzgadas. Los adolescentes deben ser animados a desarrollar su personalidad e identidad, al igual que la confianza en sí mismos, en lugar de sentir que tienen que cumplir con lo que los demás les impongan.
La presión que las personas sufran a estas edades no sólo les va a afectar en ese momento, sino que va a repercutir durante el resto de sus vidas, a diferentes niveles dependiendo de la persona y de la situación que haya vivido, pero es importante saber reconocer cuando algo no marcha bien en nosotros mismos o en nuestro comportamiento con los demás, ya que lo que es estrés y sobreexigencia ahora, puede convertirse en ansiedad y frustración más adelante.
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